En el ámbito académico, difundir y publicar los resultados de la investigación es una de sus principales finalidades. Actualmente, la vía más habitual es a través de artículos publicados en revistas científicas. No obstante, no vale cualquier revista, se han de tener en cuenta importantes factores, como son la calidad o impacto de estas publicaciones, su tasa de rechazo, el tiempo que tardan en publicar…

A todo esto hay que añadir el uso  de Internet y, sobre todo, la implantación del movimiento Acceso Abierto, conocido internacionalmente como Open Access,  como importante medio de difusión científica. Esta modalidad facilita la publicación; además, conlleva menos costes que la edición tradicional. Sin embargo, en ocasiones implica que los autores deban hacer frente al pago de tasas por publicar, algo que no ocurre con las revistas de pago, pues es el lector o la biblioteca el que corre con los gastos de suscripción.

Revistas depredadoras

En este contexto, han surgido una serie de publicaciones que vienen a complicar la situación. Se trata de las llamadas revistas depredadoras. Según Jeffrey Beall , bibliotecario y profesor en la Universidad de Colorado, «Estos editores son depredadores porque su objetivo no es promover, preservar y difundir el conocimiento; al contrario, su objetivo es explotar el «pago por el autor», un modelo de acceso abierto, en beneficio propio». Es decir: el fraude no está en que cobren a los autores (fórmula aceptada para publicar en abierto, como ya hemos visto), sino en que no realizan evaluación científica; publican todo, lo bueno y lo menos bueno, ya que su única finalidad es recaudar dinero.

Entre las características de este tipo de publicaciones podríamos citar las siguientes:

  • dudoso proceso editorial y sin revisión por pares
  • tiempos de publicación muy cortos
  • gran cantidad de artículos anuales
  • pago de tasas por parte del autor
  • a menudo usan títulos con términos parecidos a los de revistas prestigiosas

 

Por un lado, la principal consecuencia de la aparición y rápido crecimiento de este tipo de publicaciones es que desprestigian la publicación en Acceso Abierto, dado que se tiende a pensar que todo lo difundido por esta vía no es de calidad, y nada más lejos de la realidad. Asimismo, genera en los investigadores cierta inseguridad a la hora de elegir dónde enviar sus artículos.

Por otro lado, a raíz de todo esto, también han surgido estudios que las analizan y ayudan a detectarlas. El más conocido, quizá, sea la lista creada por Beall, del que ya hemos hablado, List of publishers. En otro estudio, Predatory open access: a longitudinal study of article volumes and market characteristics, sus autores realizan un estudio pormenorizado de este tipo de editores. Además, en la última versión de la Clasificación Integrada de Revistas Científicas, más conocida como CIRC 2.0, han volcado el contenido del listado de Beall, de manera que al buscar una revista nos aparece si forma parte del mismo y se trata de una de esas publicaciones.

En resumen: antes de enviar nuestro artículo a una publicación, debemos verificar si se trata de una revista depredadora, consultando los diversos recursos que recogen información al respecto.

Referencias:

BEALL, J. “Predatory” Open-Access Scholarly Publishers. The Charleston Advisor, 2010, vol. 11, n. 4, pp. 10-17. [disponible en http://eprints.rclis.org/14576/]

SHEN, C. y BJÖRK, B. C. Predatory open access: a longitudinal study of article volumes and market characteristics. BMC Medicine. 2015, vol. 13, nº 1, pp. 230-245. DOI: 10.1186/s12916-015-0469-2

 

Créditos imagen: goofy golf dinosaur, por Albrecht Bongartz, licencia CC-BY-NC-ND 2.0