Dentro de la universidad, las patentes son algo común fruto del trabajo conjunto entre profesores y alumnos, y la razón por la que se intenta patentar es la voluntad de proteger el resultado de la investigación. A partir de la OTRI, Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación, y siempre con la ayuda de expertos en la propiedad industrial, el proceso para obtener una patente pasa por la consulta de la viabilidad de la misma, su solicitud y el reparto de los beneficios derivados de su comercialización, con un 70% de las ganancias para los autores del trabajo y el 30% restante para la universidad. Cuando las patentes resultan de esa colaboración entre los educadores y los estudiantes, el proceso a seguir es el que se detalla a continuación:
- En primer lugar, el equipo de trabajo debe contactar con la OTRI, Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación, para aportar los datos que sean necesarios y planificar el proceso por el que se va a gestionar la patente.
- A continuación se analiza la ‘patentabilidad’, es decir, se consulta con un experto en propiedad industrial para saber si el resultado de la investigación es susceptible de convertirse en una patente. En este proceso se debe responder a un cuestionario sobre puntos como la descripción de la invención, la justificación de la novedad o los productos y sistemas a los que sustituye.
- Una vez se ha contestado al formulario, el experto debe determinar la oportunidad de patentar el resultado de la investigación.
- Un experto en propiedad industrial colabora para redactar la patente y lograr que el texto de la solicitud sea lo más sólido posible.
- Una vez redactada, la OTRI tramita la solicitud en base a la normativa establecida por la Oficina Española de Patentes y Marcas.
- Con vista a los futuros ingresos que puedan generarse de la comercialización de la patente, la universidad adelanta una serie de fondos y cubre los gastos de asesoramiento y de tramitación de las patentes.
- La OTRI y los autores de la investigación llevan a cabo acciones conjuntas y reciben ayuda sobre las posibles negociaciones, contrataciones y la administración que se deriven de la patente.
- Los beneficios generados a raíz de la patente se distribuyen de acuerdo a la norma vigente. En el caso de la UNED, desde 2011 el procedimiento establece que el 70% de los beneficios se destinen al autor o a los autores, y el 30% restante pertenece a la UNED.
- Por último, la OTRI elabora un certificado para la ANECA, Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación.
Imagen: Time machine, por Sachin Sandhu, licencia CC by 2.0