El vídeo es en una herramienta muy poderosa para el aprendizaje, la enseñanza en línea y la comunicación en general. En los últimos años hemos vivido el auge de los MOOCS, cursos gratuitos en línea disponibles para cualquier persona con interés en la materia y desarrollados por universidades de todo el mundo, que han hecho posible visualizar una videoclase de Harvard sobre física cuántica en la cola del autobús. Además está Youtube, el rey de las plataformas para compartir vídeo, en el que ya se han hecho un hueco los contenidos educativos de universidades y centros de investigación, y que cuenta con un gran poder de difusión a través de las redes sociales.
Una buena videoclase, para ser efectiva, debe seguir unas pautas, mantener la atención del espectador y conseguir que este se quede hasta el final. No es suficiente solo con ser un buen profesor o un experto en el tema del que se habla. Las condiciones comunicativas difieren respecto a una clase presencial y es necesario conocerlas para que el resultado sea adecuado. En esta entrada exponemos estos factores clave para lograrlo.
Aspectos técnicos. La sala Polimedia
El formato Polimedia, inicialmente desarrollado en la Universidad Politécnica de Valencia y empleado desde entonces por muchas universidades, entre ellas la UNED, permite la creación de material educativo multimedia de una forma sencilla y eficaz. Se basa en el uso de una cámara que graba al ponente y una capturadora del material presentado en un ordenador (una presentación, un tutorial de una herramienta informática, imágenes, etc.). El sistema combina ambos flujos y ofrece como resultado un único vídeo que integra la imagen del profesor y de los elementos multimedia presentados.
Para dirigir la presentación, el ponente puede elegir entre un atril con teclado y ratón o un mando a distancia, que le permite más movilidad. El puntero puede ayudar a identificar cualquier elemento de interés y su movimiento queda grabado durante la digitalización de la presentación.
En la UNED es el CEMAV quien produce este tipo de vídeos desde hace tiempo y que luego se suben a Canal UNED y a Youtube para su difusión.
El contenido
En primer lugar, los vídeos deben ser breves, se recomienda que duren entre 3 y 5 minutos y no sobrepasar en ningún caso los 10 minutos. A partir de este tiempo, la atención del espectador empieza a decaer. Si el contenido que tenemos que explicar es amplio, es conveniente secuenciarlo en episodios.
En cuanto al contenido visual que va a acompañar la exposición oral, es importante saber que se trata de un apoyo gráfico, y no del grueso de la exposición, por lo tanto la presentación deberá ser sencilla y relajada para la vista; si se trata de una presentación en Power Point o Prezi, por ejemplo, habrá de incluir ideas y no textos largos.
Es muy importante también cuidar la tipografía empleada para que se lea correctamente y no distorsiene el mensaje. Las tipografías más recomendadas para ser mostradas en una pantalla son las sans serif (aquellas que no tienen remates en los extremos). Tipografías como Arial, Verdana o Helvética son las más utilizadas, se leen mejor que la Book Antiqua, Bodony o Times New Romans. El tamaño de la fuente para las presentaciones de PowerPoint no debería ser inferior a 14 px. Lo más aconsejable sería entre 8 y 10 palabras por línea y entre 4 y 5 líneas por página como máximo, evitando grandes bloques de texto. (Un buen recurso para probar la configuración web ideal de texto es Typetester.org.) En cuanto al color, los textos con colores puros (rojo, verde y azul) combinados entre sí, producen problemas de focalización para algunas personas. Los fondos de color saturado producen fatiga ocular, confunden a personas daltónicas y dan demasiado peso en la imagen general. Por ello, la mejor presentación es la que tiene tipografía negra sobre fondo blanco, esta es la garantía de una lectura perfecta. Olvidémonos aquí de marcas de agua, colores estridentes, degradados y demás y facilitemos la vida al estudiante, quien ya va a tener suficiente estímulo visual y auditivo mirando al ponente e intentando comprender la explicación.
Antes de iniciar la grabación
Antes de llegar al estudio de grabación hay que tener claro lo que vamos a contar. Redactar un guion y practicar frente al espejo, grabarse a sí mismo, calcular el discurso para adaptarlo al tiempo de que disponemos son prácticas muy recomendables para ir sobre seguro en el momento de la grabación y no tener que repetirla innumerables veces. No se aconseja leer la exposición; esto provoca un efecto poco natural y dificulta la comunicación.
No hay que olvidar tener a mano todos los documentos, webs o programas que vayamos a manejar y estar seguros de que el ordenador pueda reproducirlos, no solo porque tenga instalados los reproductores necesarios, si no por que estén descargados los archivos audiovisuales previstos. Conviene desactivar las ventanas emergentes del navegador y, si vamos a usar sonido, comprobar que este funciona correctamente.
Sobre la vestimenta más adecuada, con un fondo blanco sobre iluminado, que es el caso más frecuente en los vídeos Polimedia, se aconseja vestir con colores oscuros o saturados sin brillo, todo lo que se acerca al blanco desaparece durante la postproducción y deja ver los contenidos que están en la capa inferior. Vestir con colores saturados o con prendas oscuras, separa al ponente de la presentación y da una mayor sensación de profundidad.
Durante la grabación
Podemos decir que la clave principal de todo buen comunicador es la naturalidad, hablar con soltura y sin miedo, con una dicción correcta que permita que nuestro mensaje se entienda con claridad. Cuando no somos profesionales, esto a veces no es fácil. Por ello, lo más importante es estar relajado e intentar hablar como si estuviéramos explicando el tema a otra persona. Un truco, que puede parecer banal pero que no lo es en absoluto, es que justo antes de empezar a grabar nos cuenten un chiste: esto da el tono de partida adecuado en lo referido a actitud corporal y expresividad del ponente.
Es una buena práctica saludar al comienzo del vídeo, presentarse y formular el objetivo de la videoclase e incluir una fórmula de despedida que coincida con una diapositiva en pantalla con nuestro correo o forma de contacto. Hay que evitar, eso sí, las referencias temporales (“buenos días, como decíamos ayer”), ya que el vídeo queda grabado y será visionado en cualquier momento después.
Lo más frecuente es que durante la exposición, especialmente si es larga, cometamos algún fallo de pronunciación o nos confundamos en algún término. No importa, podemos rectificar sobre la marcha como haríamos en una clase presencial.
Para terminar, es recomendable dirigir la mirada tanto de frente a la cámara como a la pizarra, para hacer más relajada la conversación y llevar la atención del espectador sobre aquellos puntos de la presentación que se quieran remarcar.
Imagen de portada: Venveo