Son síntomas de una mala organización del trabajo las jornadas cada vez más largas, no saber decir no, tener objetivos personales confusos o cambiantes, falta de un plan de trabajo diario, no dejar sitio (tiempo) para imprevistos, utilizar mal las comunicaciones (Internet y teléfono) y trabajar según lo que hay que hacer (tareas) y no según lo que se quiere obtener (objetivos). A diario, muchos imprevistos nos roban el tiempo: las visitas inoportunas, el teléfono, reuniones, viajes, informes y papeleo. Y estas interrupciones se complican en el entorno digital: internet, redes sociales, blogs, WhatsApp, etc. roban nuestro tiempo. ¿Cómo enfrentarte a estos obstáculos?

  • Realiza un plan de trabajo anual, semanal y diario.
  • Diferencia entre lo importante y lo urgente. Las tareas importantes son aquellas cuya realización nos proporcionará el cumplimiento de nuestros objetivos, las que realmente nos hacen ser productivos. Las tareas urgentes se refieren a aquellas que requieren ser cumplidas en el menor tiempo posible.
  • En base a esta idea lista las tareas y asígnalas una importancia y una urgencia alta o baja, según la matriz de Eisenhower.
  • Llévala a un cuadrante. Realiza este cuadrante periódicamente. La base semanal es recomendable ya que la semana es la unidad de tiempo básica en que estructuramos nuestro trabajo.
  • Deja sitio para los imprevistos.
  • Intenta realizar las tareas más complicadas cuando tu concentración sea más fuerte. Es difícil redactar un artículo cuando estamos distraídos o cansados.
  • Ponte límites temporales estrictos. Somos más eficientes bajo presión, cuando tenemos fechas límite.
  • Concéntrate en las tareas que contribuyan a la mayoría de los resultados. Según Principio de Pareto y su ‘Regla del 80/20’ el  80% de los resultados provienen del 20% de los esfuerzos. Hemos de centrarnos, pues, en ese 20% que nos dará el 80% de productividad.
  • Programa cuidadosamente las tareas largas. Para ello desglósalas en tareas cortas, pues siempre es mucho más fácil acometer las tareas pequeñas que las de gran envergadura. “Trocea” la tarea larga en “cachos” para poder afrontarla mejor.
  • Delega. Intenta delegar en aquellas partes de la investigación que puedas.
  • Ejercita la lectura eficaz de manera que llegues al contenido fundamental rápidamente.

Finalmente, ayúdate de aplicaciones y herramientas. Las tecnologías de la información son fundamentales para controlar y gestionar el tiempo. Existen múltiples aplicaciones que nos pueden facilitar esta tarea, ya se trate de una investigación individual o en grupo, como Google Calendar y Workep.

Créditos imagen: Dali Clock Flop, por Alan Levine